Hoy me he levantado a las 7:30 después de una noche
horrible. No solo por el ruido de los camiones, si no por el calor que ha hecho
toda la noche. Ha sido como dormir en un horno con aire acondicionado, pues
tenía un ventilador puesto, pero entre el ruidito del motor y los pi, pi, pi,
de vete a saber que aparatos, he dado en la cama mas vueltas que un trompo.
Menos mal que la cama es grande y es podido practicar el 88, el 69 y toda la
serie del 10 al 20. A pesar de todo, me he levantado como pringoso, todo se
pegaba a la piel; la camiseta, los pantaloncitos, las sábanas, todo todo. Y eso
que he dormido como Allah me trajo al mundo, pero nada, el calor ha sido
constante. No quería pensar como iba a ser el día. Lo mas curioso es que
después de haber pasado todo el día con calor y sudando, ahora he tenido que ir
a la furgo para ponerme un jersey. Estoy en un chiringuito que se llama …. Y
está entre Almayate y Torre del Mar, en el desvio del Karting, al final del camino,
junto a la playa, y además tiene un parking enorme donde voy a pasar la noche,
después como no de pegarme una suculenta cena.
Pero bueno, hoy creo que he comenzado el día en las Fuentes
de la Higueras, en el parking de camioneros que os he dicho antes. Estuve a
punto de ir al camping de Navalón, que está a unos 15 km del parking, pero a
medio camino me volví, aparqué la furgo y me meti en el restaurante donde una
vez sentado, la camarera me empezó a ofrecer sopas de todas clases, que me
sonaban como si estuviera en Finlandia, y necesitara una sobredosis de
calorías. Espera, le dije, me parece todo estupendo pero creo que prefiero
comer algo a la barbacoa. Tenía la nevera al lado y los ojos se me iban hacia
un chuletón de buey y no podía dejar de mirarlo, asi que le dije, llévate la
ensalada, y tráeme un chuletón de esos que tengo enfrente. El cocinero me llamó
para decirme si lo quería al tente o no. Si, si, al tente. Cuando me trajo el
plato, los extremos del hueso salían por los bordes. Acompañando al chuletón,
unas patatas asadas con algunas judías. Vamos , que tardé cinco minutos en dar
cuenta de ese kilo de carne.
Pero como os iba contando, me había despertado acalorado y
pegajoso. Hasta la ropa se me pegaba a la E tenía salir ganas de desayunar,
aunque hoy tampoco tenía ganas de encender el fuego, asi que fui de nuevo al
bar y pedí un café con leche y una ensaimada cremosa, muy bueno todo.
Cogí la furgo y fui a Velez Rubio para reponer la despensa,
con tan mala suerte, que hoy es día de fiesta y todo está cerrado. Como solo
llevaba moneda marroquí se hacía casi imprescindible que sacara algunos euricos,
y tras preguntar en la plaza principal si había alguna oficina de La Caixa, me
indicaron que enfrente, a la mano izquierda y subiendo la cuesta había una
oficina. Para allá que fui. Cuando llegué había un señor sacando dinero, y no
sé como empezamos a hablar, total, que tras abrir la boca, va el señor y me
dice algo como “Nosotros, los de Barcelona”, lo que me sorprendió un poco.
Joder, no he dicho ni dos palabras y ya sabe de donde vengo. El caso es que seguimos hablando y resulta
que el Sr. José había sido el jefe de estación en El Masnou, durante mas de
veinte años, y que hace ya un tiempo le ofrecieron unos cuantos millones para
que se jubilara y él no tardó en pensárselo; cogió los millones y se vino a
este tranquilo pueblo de Almería con su mujer. Estuvieron un tiempo viviendo
aquí, pero su mujer no acababa de acostumbrarse, pero el Sr. José que era mas
pragmático, decidió que la vida era mucha mas barata en Vélez que en Barcelona.
Con mil y pico euros de pensión hacía muchas mas cosas en el pueblo que en El
Masnou. Me explicó que aquí, un café con leche vale un euro, cosa que pude
comprobar un poco después. El hombre estaba encantando con haberse venido al
pueblo. Hablamos un rato mas, nos despedimos y me fui a echar gasoil, ya que
comida no había. Tras un frustrado intento de inflar las ruedas de delante un
poco, lo dejé por imposible y poco después me fui a hacer kms, que parece que
es lo mio.
Ahora que estoy algo lejos de casa, quizás antes debería
haber pedido perdón por las cosas que no he dicho. Un cierto remordimiento de
cosas que penden del cielo han quedado flotando en el aire. A la Danone debería
pedirle perdón por no haberla ido a ver, ya no puedo hacer nada, pero no
hubiese estado mal que dejara pasar tantos días y aún no haya ido a verla. Pensamientos que me vienen a la mente
mientras conduzco. Viajar solo invita a una locura diferente que pocos
entienden. Es una furgo con timón y sin rumbo. Quien sabe donde acabará todo
esto. Hoy la carretera estaba despejada, a pesar de la cantidad de coches y
camiones en la carretera. Pero he conducido sin problemas. De vez en cuando el
GPS se volvía loco o eso me parecía a mi, haciéndome dar veinte vueltas a las
rotondas y perdiendo su rumbo, calculando una y otra vez la ruta. Menos mal que
el GPS que llevo funciona muy bien, pues ya os digo que yo sin GPS estaría mas
perdido que una aguja en un pajar. Seguro que volvería a ir a Melilla pasando
por La Coruña, como cuando la salida que hice con el Peluchón.
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Como es natural me dejo cositas por explicar, pero es que
ahora no me apetece coger la grabadora y escuchar las notas que he tomado
durante el día.
Buenas noches.
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