Ayer fuí al Mercadona a comprar un carrito de comida para pasar unos días, pero mientras aparcaba la Marchosa, vi a una Srta. en la calle haciendo gestos y gritando:
-Eh, pare, no ve que le va a dar a mi coche.
-Oiga, esperese que salgo.
y no se cuantas cosas mas dijo, pero yo no oí nada. Así que como es natural, le dí con toda la bola del remolque en medio del coche. Pobre mujer, como gritaba.
Yo conté hasta 300 y bajé del coche, pues intuía que podía tener problemas. Cuando terminé de contar me acerque a la Srta. y le dije que no se preocupara, que me perdonara, pero es que no la había visto.
-Pero si le he estado chillando.
-Pues lo siento, pero no he oido nada.
-No se preocupe, naturalmente mi compañia se hará cargo de la reparación.
Pero la Srta. quería rellenar el parte de amistad, y yo no lo encontraba y ella tampoco, así que dijo que iba a llamar a la policía. Policía, palabra sagrada que no entra en mi vocabulario. Así que la dije.
-Sabe que, yo me voy a comprar y cuando venga la policía me buscas en el Mercadona.
-Ya tengo su matrícula, asi que si se va puedo saber todos sus datos en un momento.
-Le pregunté: es usted una funcionaria agresiva, eh?
pero no me contestó.
Al final no llamó nada mas que a un familiar y encontró el dichoso impreso en su coche. Rellenamos el parte y me fuí a rellenar mi carrito.
Que estupendo es tener una bola detrás de la furgo. A mi Marchosa no le pasó nada, en cambio a ella, le hundió toda la parte central del coche, pero sin exagerar, poca cosa
Y sigo pensando.
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