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martes, 29 de julio de 2014

MENUDA MAÑANITA

Ayer fuí al mecánico para dejarle la furgo mientras estoy de vacaciones y que me repare un par de cosas. El caso es que la mañana apareció soleado, me levanté temprano y decidí que ya era hora de mover la furgo antigua para algún que otro pequeño arreglo. El camino fue tranquilo, poca gente en la autopista, y a los 5 km. el GPS se pone a indicar que no encuentra ningún satélite. Un par de intentos para ver si se arregla, pero el móvil pasa de todo, así que no le vuelvo a prestar atención y sigo el camino; espero que no me haga falta para llegar hasta donde quiero ir. Justo antes de llegar a casa del mecánico, hay un pivote que a veces está abierto y otras veces no, y hoy ha tocado que no, que no se abre. He llamado a un amigo que vive cerca para que venga a abrirme el pivote-berja, pero mi amigo no contesta al teléfono. Despues de un rato aparece un vecino, pero tampoco tiene mando para bajar el pivote y poder pasar, asi que sigo esperando que venga alguien. Al final el vecino, me indica que de la vuelta por una carretera cercana pero se acerca un coche que abre el pivote y lo mantiene abierto para que yo pueda pasar. Consigo pasar y en 5 minutos ya estoy en la berja del mecánico, que también vive en una casa con berja cerrada a la entrada. Le llamo para que venga a abrirme, pero aún está durmiendo. Bueno,  se levanta y veo que se acerca una moto con mi mecánico encima, menos mal. Total que paso la berja y aparco la furgo. Bajo la bicicleta para poder volver a casa, ya que hoy no he encontrado a nadie que pudiera venir a buscarme, pero es igual, un paseo en bici me vendrá bien. Después de bajar la bici cierro la furgo, y entonces aparece el mecánico y quiere que le abra el capó para ver como está la furgo de agua, pero claro, hoy no es mi día. Voy a abrir el capó y cuando meto las llaves en el botín, resulta que la llave está rota, que falta la mitad de la misma. Se abrá quedado dentro del bombín o se abrá caido al suelo. El caso es que no podemos abrir la furgo. Por cierto, aún no había descargado la bici, así que tenía que abrir la furgo de un modo u otro. Después de pensarlo un poco, nos decidimos por desmontar un cristal de la ventana para poder abrir la furgo. Desmontarlo no fue difícil, así que saqué la bici, dejamos un pestillo de una puerta abierto y volvimos a montar el cristal. Luego nos fuimos a su casa a hablar un rato y entre cigarrillo y desayuno, llamó un morito que venía a recoger su coche. Sorpresa, un moro como cliente, de dónde era. Le pregunté de donde era y si tardaría mucho en venir, y como me interesaba hablar con él, pues decidí esperarle. Tardó un buen rato en llegar, y a mi me interesaba saber si conocía algún carpintero en Marruecos, y me dijo que si, que conocía a uno que le había hecho toda su cosa. !Estupendo¡ Le pedí el teléfeno y quedé con él dentro de un par de semanas en Marruecos.
Al cabo de un rato nos fuimos cada uno a hacer sus cosas, y yo en busca de un tren que me llevara hasta Tordera. Después de recorrerme medio Mollet, que no es nada pequeña, y tras preguntarle a varias personas y a la policía, dónde estaba la estación del tren, para al menos ahorrarme unos kms. al final conseguí llegar hasta la ventanilla, donde una amable taquillera intentaba que fuera a Barcelona, y que al cabo de 2 o 3 horas cogiera el tren de Tordera, pero decidí coger el tren hacia Sant Celoni, donde me bajé, pero justo bajarme del tren, empieza a llover. Vaya, parece que no es mi día, pero no me importa mucho, me gusta ir en bici cuando llueve, aunque es un poco más peligroso. Así que me fui hasta la carretera y empecé mi camino de vuelta a casa. Al principio llovía un poquito, pero a los 10 km llovía un poco fuerte, y los coches no se veian bien a través de los cristales de las gafas mojados. Cerca de Gaserans encontré una gasolinera y allí me regufié, para ver si me amenuava la lluvia. La dependienta de la gasolinera fue muy amable, y a pesar de que siempre llevo la mochila con cositas de emergencias para la bici, hoy no llevaba nada mas que trastos, pero no el impermeable ni las luces. La dependienta me ofreció una bolsa de basura para ver si me cubría un poco, e hice 3 agujeros en la misma, para introducir la cabeza y los brazos. No me quedaba mal, además la lluvia había aflojado, por lo que me embuté en la bolsa de basura y volví a seguir el camino. Pasado Hostalrich, hay un par de repechones, que me costaron subir. Hice un par de paraditas para tomar aire, pero no busqué refugio y preferí quedarme bajo la lluvia. Fueron un par de paradas pequeñas, pero lo suficiente para recuperarme y seguir. Hacía poco que había cambiado las llantas de la bici, y parece que no van tan bien en mojado como en seco, de hecho, en llano parecía que la bici se balanceaba pero en subida iba bastante recta, entonces creo que era yo quien me balanceaba. Al cabo de un par de horas desde que había salido y sin haber parado de llover, llegué a la gasolinera de Fogars, por fin, a partir de ahora todo era bajada, excepto la subida a casa, que tiene tanto desnivel, que siempre la hago andando; son solo 200 mts, pero criminales. Pero justo antes de dejar la carretera y tomar el camino de casa, hay una curva muy cerrada, y cuando la cogí, fui a parar al suelo. Me autoescaneé mentalmente, por si me había pasado algo pero no sentí ningún dolor especial, menos mal, pues solo me hubiera faltado otra lesión, incluso la pierna mala no se resintió, solo sufrí un pequeño golpe en el brazo derecho, pero nada de importancia, asi que seguí hasta la subida final, la que hago andando, y después de subirla tranquilamente y poco a poco, volví a coger la bici, y entonces se me agarrotó el biceps de la pierna derecha; que dolor, estaba rígido como una piedra, y yo solo me encontraba a unos 1000 mts de casa. Que después de casi 30 kms bajo la lluvia estuviera a punto de quedarme tirado, no bastó, pues ni dolor ni nada, me monté en la bici y hacia casa, que ya faltaba poco, al ratito llegué a mi destino, cansado, pero sano y salvo.



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