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domingo, 9 de enero de 2011

[CATALUNYA] [7|8|9|ENE|11] Nochevieja replay, Camping Pardines, Pirineos

A los pies del pueblo de Pardines, y como pequeños montoncitos de nieve, las caravanas blancas y furgonetas se ven a lo lejos, y tras 3 km de curvas por un sendero estrecho pero asfaltado, aparece el camping de Pardines. Un lugar tranquilo donde las vacas de los campos de alrededor, hacen sonar sus campanas. Bucólico, mucho, pero maldita la gracia que después de una noche de borrachera, las vacas se paseen bajo tú ventana. Yo como siempre me he ido a dormir cuando sonaron las campanadas, repetición del fin de año 2010, y vuelta a celebrar el 8 de enero del 2011, con un montón de amigos furgonetero a los que les va más la marcha, que a mi perra un hueso de jamón. Vete a saber a qué hora se han ido a follar estos piraos de la chapa y del volante. Yo, de momento he sacado a pasear la perra para que sus excreciones no me salpicaran la furgoneta.
La calefacción la tengo debajo de la almohada y a pesar de no pasar frio, es un gustazo meter la mano entre la almohada y el colchón, y notar el calor que da la Webasto de 1.300 €. Solo es dinero, y además después de que ayer fuera al cajero y tras hacer todas las operaciones, voy y me dejo el dinero en la dichosa maquinita, qué me puede importar. Menudo despiste llevo encima, no me hizo ninguna gracia. Lo mejor será que me haga millonario pronto y no malgaste el tiempo trabajando.
Ahora me viene a la memoria que mi amigo Sebas nació en Pardines hace más de 50 años. No me imagino como debería de ser de dura la vida aquí entonces. A lo mejor hasta estuvo jugando en los mismo terrenos donde ahora se levanta el camping.
La cena ha estado bien, y hasta creo que ha habido un striptease, que me he perdido, mientras sonaban las campanadas, y mira que yo soy voyeur. La fiesta sigue, y el DJ se piensa que está en el Amnesia de Ibiza, y pone música entusiasmado viendo que la gente no para de bailar. Widget lleva un mosqueo anti DJ porque no le deja tocar el ordenador para poner su música. En la pista todos revueltos, niños y mayores bailando sin parar. En la puerta del local algún olor te hipnotiza el olfato, y lo buscas para adivinar quien es el que lo tiene, pero no te apetece porque tienes la garganta hecha polvo.
En la barra del bar no hay mucho movimiento, pues todos tenemo las furgos cargadas con toda clase de bebidas, algunas un poco raras, y hacia allá que vamos. No hace nada de frio, pero hay que ir abrigado, y cuando llegamos a la furgo de … ya tiene varias copas preparadas. Yo voy a mi furgo a buscarme mi botella de anís del Mono, que es lo único que me apetece. El maquillaje ya hace tiempo se esfumó y ahora hablamos de música, una música bestial va sonando en los altavoces de la furgo, mientras desde la puerta vamos brindando y siguiendo el ritmo con el pie. Hablamos de nuestros cantantes preferidos, de los conciertos que hemos visto, de si llevar al niño pequeño a dormir a la furgo, pues no tiene ni un año y no se que pinta aquí, en medio de la noche. Y así vamos pasando el rato. Hasta que todos deciden volver al local menos mi perra y yo, que se quiere ir a dormir.
El nuevo día aparece un poco gris, pero sigue sin hacer frio. Ya empiezan a levantarse los marchosos de la noche, que poco a poco me van quitando el nombre. Y es que la edad no perdona, y mucho menos las copas de anís a 2,50 cuatro gotas.
Otra kdd mas donde he conocido gente muy maja, y como dicen en la TV, ESO ES TODO AMIGOS. En la próxima más.

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