Llego temprano a mi segunda KDD en la Furgoganxet. La tarde está tranquila y llego un poco antes de que abran las puertas, pero me dejan entrar sin problemas, así que me dirijo hacia el mismo sitio de la pineda donde aparqué el año pasado, y aunque recordaba donde era, pues había un edificio al lado, el terreno me parecía algo desnivelado y no me ponía de acuerdo conmigo mismo si aparcar allí, menos mal que alguien de la organización me dijo que el año pasado había aparcado un poco mas abajo, así que bajé unos 7 mt y aparqué la furgoneta. Ya estaba listo para no hacer nada en todo el fin de semana, solo tenía que esperar a los amigos, y ya veríamos que pasaba.
Merche, de la organización fue tan amable que me trajo la bolsa con los regalos hasta la furgo, que bien, esto promete. Al cabo de un rato, ya habían llegado unas cuantas furgos, y fui a conocer gente nueva, como siempre, pues en estas kdd no importa que vayas solo, siempre conoces a alguien. Siempre hay furgos que ver, y gente interesada en la tuya, aunque esta vez la que mas trajo la atención fue mi bicicleta reclinada que llevaba en la parte de atrás.
Ali, mi perra, empezó a encontrarse en su ambiente, ya que en la pineda había varios perros que paseaban por el lugar, vete a saber con que pensamientos. Ali se acercó al primer perro y comenzó a rodearlo y a acercarse y alejarse, según la respuesta de su nuevo amigo. Yo la veía contenta, y ella lo estaba en realidad, corriendo detrás de los perros.
Algunos conocidos ya habían llegado, y me acerqué a saludarlos y a ver cuales eran las últimas novedades, si es que las había. Fue una pena enterarme de que uno de mis conocidos iba hablando mal de una pareja de amigos mios, y al ver a mis amigos tan enfadados, solo pude decir que lo sentía. Me llevé un gran desengaño por las cosas que me explicaron que el PALMITAS iba diciendo, y que mis amigos decían que todo era mentira, que no entendían que había cambiado, y por qué se portaban así. Una pena.
Al cabo de un rato llegó Puchinelli and family, muy contentos por su viaje a Marruecos, aunque no le gustó nada que fuera tan sucio.
Cuando volví a la furgo, mis amigos ya habían llegado; nos saludamos y Perico y Georgina me sorprendieron con una camiseta nueva que me regalaron.
Como tantos días, me había dejado en casa toda la comida que había comprado para el fin de semana, pero tengo un par de armarios con alimentos preparados y laterio, lo cual me soluciona el problema. Además, el sábado Ivana iba a cocinar una paella, y el domingo teniamos monchetas (judias) con butifarra para comer, así que por el medio día no había problema. Xavi también tuvo el detalle de invitarme a butifarras el sábado por la noche, y como siempre, todos iban ofreciendo la comida que tenían. Da gusto estar con gente así.
El viernes por la noche me tomé una botella de whisky y un Bowie, y cuando creí que había resbalado de la silla, no fue así, estaba tan borracho, que ni siquiera podía levantarme. Ivan y Perico querían llevarme hasta la furgo, pero yo prefería quedarme en el suelo y no moverme en absoluto. Estaba completamente borracho y medio muerto, tanto que alguien me dijo que se había asustado. Al final esperé que la visión de la furgoneta no temblara, y Ali y yo nos fuimos a dormir. Naturalmente, al día siguiente tenía una resaca de corsario, que arreglé un poco con unos Bowies, espidifen y alguna que otra medicina mas.
A media mañana fui a visitar una granja, pero mis amigos no vinieron porque tenían una resaca mas grande que la mia. Cuando llegué a la entrada de la granja, me volví a la furgo, no me apetecía nada ver tanto vegetal.
Ya era un poco tarde y Ivana y el resto de amigos, empezaron a preparar una paella de caracoles. Ivana tomó la dirección como siempre, y mientras ella y otros la ayudaban, algunos nos sentamos a hacer el vermouth. Cuando la paella estuvo lista, dimos cuenta de ella tan rápido como pudimos. Estaba muy buena y no sobró nada mas que una pequeña fuente que alguien guardó para comerlo mas tarde, pero el perro que parecía que estaba muy MARCADO por su dueño, atacó el plato directamente; se oyeron algunos gritos, pero ya no había nada que hacer, así que repartimos la paella que había quedado entre los 3 perros que llevamos.
No sé si me fui a hacer la siesta, pero recuerdo haber estado hablando con Wagen bastante rato.
Por la noche me invitaron a cenar, y no solo eso, sino que me prepararon la cena. Vino mas gente a unirse al grupo, y entre plato y plato, alguna que otra copa cayó. Tras cenar fuimos a ver a los Demonis, y yo, como estaba realmente cansado y con la pierna que no sabía donde meterla, me tomé unos cuantos Bowies y un par de whiskies, y me apalanqué en mi cama, mientras la música sonaba de la karpa sonaba a tope. Todos mis amigos se fueron para la karpa, y me pareció que la música no estaba mal. A las 4 oi a alguien hablando fuera de la furgo, y me levanté para ver si pasaba algo, pero que va, eran dos amigos que estaban sentados delante de su caravana y a punto de acostarse, y como yo estaba en calzoncillos, no me lo pensé mucho y me fui otra vez a mi acogedora cama. Luego oi mas gente fuera, que iban llegando, y se sentaban alrededor, pero no podía oir lo que decían.
El domingo nos levantamos todos bastante tarde, y cuando fui a buscar el chocolate con churros, ya no había; eso si, las monchetas ya estaban en las ollas hirviendo.
Al medio día cada uno cogió su silla, su mesa y sus enseres, y cada uno se fue hacia la carpa para buscar un sitio donde comeriamos un poco mas tarde las monchetas. Hubo que hacer un minuto de cola para cada uno con su plato, esperara a que se lo llenaran con monchetas y butifarra. Volvi a la mesa y estaban tan buenas, que tardé poco en comerlas, y tras ello, me fui a hacer la siesta. Cuando dormia, Bakoa me despertó, y me dijo que me había tocado un premio.
- Pero qué premio.
- Pues te ha tocado una vajilla completa
- Estupendo, nunca me había tocado nada en las KDDs
Le dí las gracias por haberse preocupado de traerme el regalo hasta la furgo, y me levanté dando botes, estaba muy contento, era un buen regalo de despedida, justo antes de irme.
Como siempre: Gracias a los organizadores y a todos los que asistieron. El año que viene volveremos.
Merche, de la organización fue tan amable que me trajo la bolsa con los regalos hasta la furgo, que bien, esto promete. Al cabo de un rato, ya habían llegado unas cuantas furgos, y fui a conocer gente nueva, como siempre, pues en estas kdd no importa que vayas solo, siempre conoces a alguien. Siempre hay furgos que ver, y gente interesada en la tuya, aunque esta vez la que mas trajo la atención fue mi bicicleta reclinada que llevaba en la parte de atrás.
Ali, mi perra, empezó a encontrarse en su ambiente, ya que en la pineda había varios perros que paseaban por el lugar, vete a saber con que pensamientos. Ali se acercó al primer perro y comenzó a rodearlo y a acercarse y alejarse, según la respuesta de su nuevo amigo. Yo la veía contenta, y ella lo estaba en realidad, corriendo detrás de los perros.
Algunos conocidos ya habían llegado, y me acerqué a saludarlos y a ver cuales eran las últimas novedades, si es que las había. Fue una pena enterarme de que uno de mis conocidos iba hablando mal de una pareja de amigos mios, y al ver a mis amigos tan enfadados, solo pude decir que lo sentía. Me llevé un gran desengaño por las cosas que me explicaron que el PALMITAS iba diciendo, y que mis amigos decían que todo era mentira, que no entendían que había cambiado, y por qué se portaban así. Una pena.
Al cabo de un rato llegó Puchinelli and family, muy contentos por su viaje a Marruecos, aunque no le gustó nada que fuera tan sucio.
Cuando volví a la furgo, mis amigos ya habían llegado; nos saludamos y Perico y Georgina me sorprendieron con una camiseta nueva que me regalaron.
Como tantos días, me había dejado en casa toda la comida que había comprado para el fin de semana, pero tengo un par de armarios con alimentos preparados y laterio, lo cual me soluciona el problema. Además, el sábado Ivana iba a cocinar una paella, y el domingo teniamos monchetas (judias) con butifarra para comer, así que por el medio día no había problema. Xavi también tuvo el detalle de invitarme a butifarras el sábado por la noche, y como siempre, todos iban ofreciendo la comida que tenían. Da gusto estar con gente así.
El viernes por la noche me tomé una botella de whisky y un Bowie, y cuando creí que había resbalado de la silla, no fue así, estaba tan borracho, que ni siquiera podía levantarme. Ivan y Perico querían llevarme hasta la furgo, pero yo prefería quedarme en el suelo y no moverme en absoluto. Estaba completamente borracho y medio muerto, tanto que alguien me dijo que se había asustado. Al final esperé que la visión de la furgoneta no temblara, y Ali y yo nos fuimos a dormir. Naturalmente, al día siguiente tenía una resaca de corsario, que arreglé un poco con unos Bowies, espidifen y alguna que otra medicina mas.
A media mañana fui a visitar una granja, pero mis amigos no vinieron porque tenían una resaca mas grande que la mia. Cuando llegué a la entrada de la granja, me volví a la furgo, no me apetecía nada ver tanto vegetal.
Ya era un poco tarde y Ivana y el resto de amigos, empezaron a preparar una paella de caracoles. Ivana tomó la dirección como siempre, y mientras ella y otros la ayudaban, algunos nos sentamos a hacer el vermouth. Cuando la paella estuvo lista, dimos cuenta de ella tan rápido como pudimos. Estaba muy buena y no sobró nada mas que una pequeña fuente que alguien guardó para comerlo mas tarde, pero el perro que parecía que estaba muy MARCADO por su dueño, atacó el plato directamente; se oyeron algunos gritos, pero ya no había nada que hacer, así que repartimos la paella que había quedado entre los 3 perros que llevamos.
No sé si me fui a hacer la siesta, pero recuerdo haber estado hablando con Wagen bastante rato.
Por la noche me invitaron a cenar, y no solo eso, sino que me prepararon la cena. Vino mas gente a unirse al grupo, y entre plato y plato, alguna que otra copa cayó. Tras cenar fuimos a ver a los Demonis, y yo, como estaba realmente cansado y con la pierna que no sabía donde meterla, me tomé unos cuantos Bowies y un par de whiskies, y me apalanqué en mi cama, mientras la música sonaba de la karpa sonaba a tope. Todos mis amigos se fueron para la karpa, y me pareció que la música no estaba mal. A las 4 oi a alguien hablando fuera de la furgo, y me levanté para ver si pasaba algo, pero que va, eran dos amigos que estaban sentados delante de su caravana y a punto de acostarse, y como yo estaba en calzoncillos, no me lo pensé mucho y me fui otra vez a mi acogedora cama. Luego oi mas gente fuera, que iban llegando, y se sentaban alrededor, pero no podía oir lo que decían.
El domingo nos levantamos todos bastante tarde, y cuando fui a buscar el chocolate con churros, ya no había; eso si, las monchetas ya estaban en las ollas hirviendo.
Al medio día cada uno cogió su silla, su mesa y sus enseres, y cada uno se fue hacia la carpa para buscar un sitio donde comeriamos un poco mas tarde las monchetas. Hubo que hacer un minuto de cola para cada uno con su plato, esperara a que se lo llenaran con monchetas y butifarra. Volvi a la mesa y estaban tan buenas, que tardé poco en comerlas, y tras ello, me fui a hacer la siesta. Cuando dormia, Bakoa me despertó, y me dijo que me había tocado un premio.
- Pero qué premio.
- Pues te ha tocado una vajilla completa
- Estupendo, nunca me había tocado nada en las KDDs
Le dí las gracias por haberse preocupado de traerme el regalo hasta la furgo, y me levanté dando botes, estaba muy contento, era un buen regalo de despedida, justo antes de irme.
Como siempre: Gracias a los organizadores y a todos los que asistieron. El año que viene volveremos.
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