Marruecos: Mosqueo en Tanger

Sr. Mayor: guia no muy recomendable, tiene mas cara que espalda.
El chaval siempre va vestido así, y me lo encontré muchas
veces por la medina.

Sigo con el tema horario descontrolado, no sé si estoy en horario español o marroquí. Tras una noche tranquila, me despierto sin saber si es hora de salir a la calle o quedarme un rato más en el hotel. Hay ruido en la calle, pero la marabunta de turistas aún no ha llegado, hay muchísimos turistas de todas las nacionalidades; hoy he conocido a unos americanos, Carolina e Daniel, que me han estado interrogando sobre lugares para visitar en Barcelona; a tres serbios que son más raros que un día sin pan; a varios  españoles, a la chica de recepción, con la que he estado hablando bastante rato, sí que está muy interesada en saber cómo es la gente de Errachidia, pues tiene un amigo que es de allí y no lo ve muy claro. Aunque eso no ha sido nada, cuando me he levantado quería ir al banco a cambiar algo de dinero, pero para mi sorpresa, no he encontrado la tarjeta visa. La cara creo que me ha transmutado, y una especie de sudor me ha recorrido todo el cuerpo. He pensado, tranquilo, tienes más dinero guardado en el bolsillo secreto, pero a cada momento que pasaba, me ponía más nervioso. He pensado en dos posibilidades, una es que me había olvidado la tarjeta en el último sitio donde pagué, y la otra posibilidad es que alguien me la hubiera cogido. No sabia que pensar, pero tenía que hacer algo y rápido. He vuelto hasta mi habitación del hotel, y he puesto todo los trastos patas arriba. Nada, la tarjeta no ha aparecido por ningún sitio, así que lamentándolo mucho he tenido que llamar a tarjetas pérdidas y darla de baja. Ya un poco más tranquilo, me he ido al bar Tingis a desayunar. Una vez repuestas las fuerzas, he preguntado por él algún cajero automático para ver si me servía otra tarjeta que tenía. Después de un par de preguntas lo he encontrado y la otra tarjeta ha funcionado correctamente, y para los que no lo sepan, cuando te muestra Wathdraw la pantalla, es para que elijas de cuánto dinero quieres disponer. Algo más tranquilo pero aún con el sofocón el cuerpo, era el momento de ir a buscar un zapatero, un tendero me ha indicado que tres calles más hacia delante y a la izquierda había uno, que por 5 dirhams me ha arreglado l bota y  me la ha dejado como nueva. El problema de la tarjeta ya lo había olvidado, ahora había que buscar algo para hacer, la verdad es que no recuerdo lo que he hecho, ah si, he ido caminando hasta el puerto y he buscado un restaurante para comer. Por 6 euros he comido una pequeña parrillada de pescado, que no mataba, y otra vez escaleras arriba hacia mi fabulosa Medina. A las 5 había quedado con Yousuf,  y mientras tanto he estado hablando con la recepcionista del hotel y tras dos horas hablando de bicicletas reclinadas y lo seis que es la vida, me he ido a cenar. Aquí mismo he encontrado un pequeño local donde me han puesto medio pollo asado, que por 4 euros no está mal. He ido a una tienda donde cada día voy a comprar una botella de agua por si me hiciera falta durante la noche, y para acabar las compras he comprado unos dátiles y unos pistachos.

Hoy no he hecho ni una sola foto, pero he rodado un pequeño vídeo, que no ha salido muy bien, y que el nacimiento del profeta Mohammed en el calendario lunar.

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