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jueves, 9 de diciembre de 2010

En busca del Sol: Tanger - Safi

Hoy he salido temprano de Chef Chaouen dirección Tanger con la intención de llegar a Agadir por la autopista nueva, pero como siempre me he perdido. Cogí la autopista de Tanger, que llegas hasta Agadir, pero en algún lugar del camino me despisté. De golpe y porrazo me ví viajando por la nacional al lado de la costa. Pronto llegúe a Al Jadida, pero como el dia era algo lluvioso no me detuve y decidí viajar al menos hasta Safi ó Essaouira. La carretera no está mal y cuando llegó la noche ya estaba en Safi y sus murallas portuguesas. Ahora el problema era encontrar un camping. Pregunté a varios marroquies, pero algunos no me entendian y a la mayoría no los entendía yo. Tan mala suerte tuve, que acabé preguntándole a un mudo, pero este muy convencido me indicó la dirección contraria exactamente. Yo no me lo creí mucho, asi que volví a preguntar y un señor definivitamente me explicó donde estaba. Llegué al camping, hice los trámites correspondientes y como estaba bastante hambriento pregunté donde estaba el restaurante, pero con tan mala suerte que el restaurante del camping estaba cerrado. Los campines en Marruecos son muy baratos, cuestan 5 ó 6 € por día, pero siempre has de contar 2 ó 3 mas para el taxi, pues no sueles llevar la furgo a la ciudad y de noche y andando es algo complicado volver.



Emprendí el camino andando carretera abajo hasta que encontré un taxi.  Pregunta de rigor, Lléveme a algún sitio barato para comer. El taxista a veces se enrolla y otras te lleva a donde le da la gana. Esta vez fuí a parar en un restaurante típico donde va mucha gente del pais a comer. Tomé una Jadida, que estaba buenísima y de segundo medio pollo asado. Mientras esperaba que me sirvieran me pusieron unas aceitunas, que es algo que hacen normalmente, y un platito con salsa, tambien me trajeron un plato de ensalada enorme, pero les dije que yo no la había pedido. Supongo que al final me la cobraron igual, pues me costó 70 DH.
Como estaba cansado cogí un taxi en la misma puerta del local y directo al camping a dormir. Antes de acostarme una visita al lavabo y a la cama. Pronto empezó a llover y no mucho mas tarde ya estaba frito, pero no fué una noche de dormir de un tirón, tuve un sueñó deprimente, y como cada noche desde que estoy de viaje, no he dormido. Del sueño prefiero no hablar, pues criticaba a todo el mundo, así que mejor me callo.

Playa de Emouzine:



Cuando despèrté por la mañana y mientras iba al lavabo, un enorme pavo real desplegó sus plumas ante mi. No me lo podía creer, yo con los ojos medio cerrados, y aquel bicho desplegando toda su belleza entre las autocaravanas.
Cagué perfectamente como cada mañana y liquidé la cuenta. Pronto me puse en ruta camino de Essaouira. La carretera no es tan buena como esperaba y está llena de curvas. Esperaba que fuese paralela a la costa pero en ningún momento se ve el mar. Yo conducía tranquilito, intentando que el aparato nuevo de música que acaba de estrenar La Marchosa, funcionara, pero no había forma, y eso me pasam, como dice mi hermano Carlos, porque yo como todo el mundo no nos leemos el manual. Al final conseguí que funcionara un pendrive lleno de música de El Ultimo de la fila, que había grabado para mi madre y que me había traido de prueba, pero acabé de El Último hasta la última. Cuando llegué al cruce Essaouria tenía que elegir si pararme y ver la ciudad ó continuar. Decidí continuar hasta Agadir. En el camino pronto aparecieron árboles de Argán y cooperativas con su famoso aceite. Estuve tentando en parar, al menos para comparar precios, pensé que con Touria sería mas facil comprarlo. De pronto, apareció un letrero que decía Emouzine, y que era una playa que me habían recomendado. Total que giré un par de kms despues de verlo y me fuí a Emouzine a ver su playa. El camino era estrecho y bajaba por una pendiente algo empinada en la que de vez en cuando había restos de piedra y arena de la semana anterior. Tras 10 km. de bajada llegué empecé a ver las primeras casas, me pareció un lugar nuevo, y que pronto estaría lleno de chalets. Había muchas casas nuevas y otras en construcción, separadas por una buena distancia una de otras. Al final me dirigí hacia el puerto y paré. Se me olvidaba que todo el camino estuvo lloviendo y cuando bajé del coche aún llovía. Hasta el puerto parecía nuevo y a pesar del mal día, al fondo a la izquierda se veía a un grupo de surfistas en medio del agua esperando sus olas. Otros poniendose el traje a toda prisa mientras llovía y yo pensando que no era el único loco que andaba por allí. Hice unas cuantas fotos y me fuí. Cuando me marchaba, algún surfista amable me saludó desde una mesa de bar.







Durante la subida siguió lloviendo y yo conducía despacito admirando el paisaje y controlando la furgo. De repente una mujer con un niño en brazos, comenzó a hacerme señales de que parara, pero en este viaje no había querido recoger a nadie en los dias anteriores, pero esta vez, al ver a la mujer con el niño y viendo el tiempo que hacía, paré. Graso error o mala suerte. La mujer hablaba un poquito de inglés porque su marido daba clases de inglés. Estuvimos hablando un poco sobre a donde iba y esas cosas cuando llegamos al cruce con la nacional y ante mi aparecen un par de policias. Tenía que haberles adelantado por la derecha pero me paré un poco, lo justo para que el policía me diera el alto, viniera hacia mi, y me dijera que había cometido una infracción. Le pregunté, ¿Qué infracción? y él con la cabeza me hizo saber que me paraba por culpa del bebé. Que no podía llevar un bebé en el asiento del copiloto sin cinturón ni nada. Total que me pide los papeles del coche y se los enseño. Entonces me dirijo a la mujer en árabe y le digo que tengo un problema. Ella empieza a hablar con el policia; y yo solo oía todo el rato "mushkin, mushkin", "problema, problema", era lo único que entendía. Ella miraba detrás de la furgo por si podía cambiarse a la parte de atrás, pero detrás solo tenía la cama y un montón de trastos. De golpe, se me caló la furgo, el policía se rió, yo tambien me reí y entonces la tensión desapareció por completo casi al instante. El policía paró un autobús he hizo que la mujer se fuera en el. Despues me dijo, messieur, continue. Que alivio. Pues yo ya me veía montando un numerito en la carretera.
Seguí mi camino y empezaron a aparecer vendedores desperdigados de aceite de argán, y otras cosas que no se lo que eran. A veces las botellas tenían un color y otras veces otrol. Yo continué y no paré para nada. Cada dos horas mi amiga Touria me llamaba para preguntarme que tal iba todo. Al llegar a Tamarin, el pueblo de los plátanos para a hechar gasolina y a comer. Mientras hechaba gasoil, apareció uno que quería venderme una tv, decía, es de una caravana. Y yo pensaba, que hago, voy a ver lo que vende o qué. Pero he aquí el dilema, le compro algo que sabía que era robado y que a lo mejor algún dia podría haber sido mio o paso de él. El tipo insistía, tengo mas cosas, ven a verlas. Al final pasé de él y le dije que no quería nada, que me iba a comer. Entonces el tipo me dice, ve allí enfrente que trabajo yo. No me lo creí, pero cuando crucé la carretera y fuí al restaurante, el tipo estaba allí. Ya dejó de insistir y entonces me preguntó qué quería comer. Pedí una tajine de cordero, pero aunque estaba llena de patatas buenísimas, el cordero brillaba por su ausencia. Pagué y seguí mi camino. Quería llegar pronto al camping de Tagazout, porque me había dicho que allí te preparaban parasoles y toldo para la furgo, pero cuando pregunté por los precios, resultó que todo era mucho mas caro que en España. Así que seguí hacia Agadir. Me paré un ratito en la playa de Tagazout a ver a los surfistas, pues a pesar del día que hacia habia muchos practicando. Hice un par de fotos y seguí. Al llegar cerca del palacio del principe de Arabia Saudita, llamé a Touria para que me indicara como llegar a su casa. Me dijo que continuara todo recto y que me esperaba en Marjane, unos grandes almacenes. Cuando llegúe a Marjane la volví a llamar y me dijo que en 5 minutos me venía a buscar, como así fué. Me puse muy contento al volverla a ver. Hablamos un rato y me dijo que la siguiera hasta su casa. Me dejó las llaves de casa y se fué a hacer unos recados que tenía que hacer.
Por la noche quedamos para cenar. Nos explicamos los últimos chismes y luego me dejó en su casa, donde estuve intentando que funcionara internet, pero a la vista de lo lento que iba, me fuí a dormir.
No dormí tampoco demasiado bien, pero descansé que era lo importante.

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